
A lo largo de esta semana se ha aprobado en el Pleno Municipal del Distrito Centro de Madrid la iniciativa del Grupo Mixto que aspira a ponerle el nombre de Eleno Céspedes a una de las calles que componen el famoso barrio de Chueca. El motivo se debe a que este fue un persona trans que tuvo cierta notoriedad e importancia en su época pese a que hoy sea desconocido a nivel popular.
En cuanto al proyecto, este ha salido adelante pero la votación por el que se ha llevado cabo no se convertirá en realidad de forma inmediata ya que las iniciativas de las juntas de distrito aún necesitan la aprobación del equipo de gobierno para que se puede llevar a cabo tal trámite.
Tal y como cuenta la historia, Céspedes fue una esclava que nació en Granada. Tras ser liberada, se casó a una edad muy temprana con un albañil de Jaén pero tras la muerte de su madre abandonó a quien era su marido y comenzó a adoptar una actitud propia de los hombres. Así pues, ejerció como sastre y calcetero y un tiempo después comenzó a llevar a cabo labores militares.

A partir de entonces, comenzó a usar el genérico Céspedes, al que posteriormente le acompañaría su nombre, Eleno. Tras ello y una vez en Madrid, comenzó a aprender sobre cirugía a través de un médico valenciano para luego ejercer por su cuenta tal oficio.
Tras varias relaciones con mujeres, en 1585 se casó con María del Caño, un matrimonio que desde el primer momento fue criticado por la sociedad de la época por el aspecto «afeminado e imberbe» de Céspedes.
Fue tal el rechazo de esa unión que fue denunciado y tuvo que someterse a un examen médico. Aunque no se sepa con exactitud cómo, tal vez los conocimientos médicos ayudaron a esta persona a pasar tales pruebas médicas y certificar así su condición de hombre.

Sin embargo, fue denunciado nuevamente por lo que acabó en un proceso inquisitorial en Toledo por «sodomía y burla la institución matrimonial» tal y como explican los escritos de la época.
Por su parte, Eleno de Céspedes siempre mantuvo que desde el momento en el que tuvo a su primer hijo había aflorado el pene de su interior pero que ante los exámenes negativos frente al Santo Oficio, sus órganos se habían caído tras contraer un cáncer. Así pues y teniendo en cuenta la doctrina imperante de aquellos años, Céspedes y su condición hermafrodita le daban derecho a elegir con qué sexo desempeñar su vida. Aún así, de poco sirvieron sus declaraciones pues fue condenado a 200 azotes en la calle y a trabajar pero sin recibir nada de dinero a cambio en un hospital durante más de una década.
No es un caso aislado
Ante este hecho, el coautor del libro Elena o Eleno de Céspedes, Ignacio Ruiz explica que «lo que hace especial este caso respecto a los cientos de procesos contra homosexuales que hubo en esa época es que, sin duda alguna, fue un transexual que llevó hasta el extremo su deseo de ser hombre». Ante esto, el caso de Eleno no es el único que se conoce pues al igual que él, Catalina de Earuso fue también un hombre trans de la España Moderna.
De este modo, el caso de Eleno de Céspedes y otros más evidencian y nos recuerdan que la transexualidad existía mucho antes de ser definida por la propia ciencia.