
A partir de ahí, debemos autoevaluarnos, reconocer nuestras luces y nuestras sombras, y desde la aceptación, empezar a trabajar.
Os propongo las siguientes prácticas:
1. Elegir dónde queremos poner el foco
Las situaciones de la vida son en general neutras, nosotros decidimos cómo evaluarlas. Un optimista ve las cosas como son, confía en sí mismo y está dispuesto a dedicar tiempo y trabajo a conseguir sus objetivos. Un pesimista piensa que no hay nada que hacer y abandona sus proyectos, no confía en sí mismo.
2. Practicar la amabilidad
Empezando por nosotros, no machacarnos ni culpabilizarnos cuando las cosas no salgan como esperamos. La amabilidad con los demás crea bienestar, confianza y armonía, y genera entornos saludables y positivos.
3. Desapego al control
Cambiar el chip y no querer tener el control de todo y sobre todos, fluir en lugar de luchar. Dejar de querer controlar todo nos evitará sufrimiento y nos quitará esa presión que nos ponemos nosotros mismos sin necesidad.
4. Practicar el perdón
Nuevamente empezando por nosotros y después con los demás, esto nos evitará entrar en el resentimiento. Practicarlo nos hace mucho más libres.
5. Ser agradecido
Un gracias jamás está de más. Transmitir esa gratitud al resto de personas creará ambientes positivos y de respeto. Agradecer las situaciones que nos pasen nos hará poner el foco consciente en lo que tenemos y no en lo que nos falta.
6. Confiar en las personas
Salir del modo desconfianza que hace que adoptemos posiciones defensivas. Confiar nos hará vivir de una manera más relajada y dar una oportunidad a los demás.
7. Escuchar a los demás
Practicar la escucha activa, desde la esencia, sin juicios ni interpretaciones, con curiosidad, respetando y empatizando con lo que nos cuenten, nos permitirá descubrir nuevas ideas y maneras de pensar, conocer mejor a la otra persona y transmitirle confianza y apoyo.
8. Cambiar queja y culpa por responsabilidad
Cuando culpabilizamos o nos quejamos estamos poniendo el foco en personas o situaciones externas. Desde la responsabilidad tendremos la seguridad de saber que todas las respuestas están en nosotros y dejaremos de culpabilizar al exterior de lo que nos sucede.
9. Regalarnos tiempo para nosotros
Meditar y pasar tiempo con nosotros mismos. Dedicar tiempo a nuestras amistades, cuidarlas como si de un jardín se tratara. Cultivar la pasión.
Hazte consciente de que todo lo que hacemos se refleja e inspira a otras personas, al igual que lo que ellas hacen nos influye. Nuestros actos nos definen más que ninguna otra cosa. Aplica en ti mismo el cambio que deseas en los demás.