Igualdad

Consumo prohíbe la emisión de publicidad sexista en juguetes infantiles

El jueves 1 de diciembre entró en vigor esta medida contra la publicidad sexista impulsada por el Ministerio de Consumo.

El ministerio de Consumo ha desarrollado un nuevo código de autorregulación donde se prohíbe de manera expresa la emisión de publicidad sexista relacionada con los juguetes infantiles. Con esta medida es un paso muy necesario para continuar luchando hacia la igualdad plena en la sociedad española. Con la entrada en vigor de este código se pretende que la publicidad de juguetes no asocie determinados elementos a los distintos roles de género y evitar perpetuar este tipo de pensamientos. 

Respecto al código anterior, Consumo ha pactado junto con la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) y Autocontrol un texto donde se determina que los comerciales de nueva producción deben evitar la caracterización de las niñas «con connotaciones sexuales«. Además indica que queda prohibida toda publicidad sexista en las que se reproduzcan roles de género. Gracias a este nuevo código por fin dejaremos de ver a las niñas pequeñas realizando trabajos domésticos o a los niños vinculados solamente con actividades físicas.
 

Adiós a los roles de género en la publicidad de juguetes infantiles 

Ningún juguete podrá ser presentado en un anuncio como exclusivo para un sexo u otro «con una indicación expresa o táctica de que son para uno u otro sexo«. Otro de los asuntos que se recogen tiene que ver con la asociación de colores y tonalidades a niños o niñas. Esto hará que desaparezca la típica tendencia de que el rosa se vinculase con productos dirigidos a niñas, mientras que el azul se relacionaba con los productos para los niños.

De esta manera, se pretende conseguir que los juguetes sean más igualitarios, evitando que esas asociaciones arcaicas se perpetúen en el imaginario colectivo y que calen en las generaciones más pequeñas. Se han puesto en marcha sesenta y cuatro normas que afectan a los anuncios dirigidos a menores de quince años, prestando especial atención a la franja de cero a siete años.

Asimismo se evita la publicidad engañosa y que los menores se forjen falsas expectativas respecto a los juguetes. Por eso se exige a los anunciantes garanticen la representación del producto más fiel a la realidad. Es por esto que ya no no se puede intercalar «imágenes reales y de ficción animada, o yuxtaposición de ambas» sin que quede clara la diferenciación. Igualmente no pueden aparecer en los anuncios personas reconocidas dentro del publico objetivo de los comerciales y se debe evitar que las mujeres se perciban como más cariñosa que un hombre y viceversa.

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