
Cualquier turista que visita la cosmopolita y mediterránea ciudad de Tel Aviv, que cuenta con más de 400.000 habitantes -es la segunda concentración urbana de Israel tras Jerusalén-, se da cuenta muy pronto de que esta urbe mantiene lazos de amistad y tolerancia con la comunidad gay. Algo llamativo en un área geográfica dominada por países en los que la homosexualidad se encuentra perseguida e, incluso, penada con la muerte.
La celebración del Orgullo más importante de Oriente Próximo, y una referencia a nivel global, llega a aglutinar en Tel Aviv a casi 250.000 personas -más de la mitad de su población-, con jornadas festivas durante varios días, actos, concursos, exposiciones, además de un festival de cine LGTB+. Para participar en este evento anual se suelen desplazar a la capital israelí casi 50.000 personas procedentes de todo el mundo, todo un indicador del impulso turístico que para la ciudad supone esta celebración protagonizada por la comunidad LGTBI+
Pese a la crisis actual derivada de la COVID-19, los datos que avalan a esta urbe como destino preferentemente gay son contundentes: antes de la pandemia, Tel Aviv recibía un total de tres millones de turistas –gran parte de ellos vinculados a la comunidad LGTB+-, numerosas agencias de viajes siguen proponiendo este destino israelí como lugar de vacaciones, las actividades nocturnas son infinitas, contando la ciudad con numerosos restaurantes, bares y clubes de ambiente LGTB+.
Al margen del clima de seguridad y respeto para la comunidad LGTB+ -hay libertad para que dos hombres o dos mujeres se sientan libres para caminar tomados de la mano o besarse en público-, los atractivos de Tel Aviv son evidentes de cara al turismo: playas de ensueño, clima mediterráneo dominado por el sol, dulces temperaturas a lo largo de todo el año, arquitectura innovadora y puerta de entrada a un área geográfica plena de atractivos históricos, culturales y naturales. Y, por supuesto, un clásico entre los clásicos: la playa Hilton, ubicada frente al mítico hotel del mismo nombre, donde es posible conocer gente de todo el mundo.
Por último, cabe destacar que la imagen de Tel Aviv como destino LGTB+ es un primer paso para que su espíritu de tolerancia vaya llegando a otras ciudades israelíes -algunas de ellas, como Jerusalén, más reticentes a la libertad sexual a causa de la presión religiosa- y, por qué no, a ciudades de tradición árabe aún menos permisivas con la orientación homosexual.
A través de Tel Aviv, el estado de Israel desea proyectar una imagen innovadora y tolerante que contrasta con los conflictos ideológicos y políticos que afectan a su reciente historia. En este sentido, ayuda el hecho de que en el país residan numerosos artistas homosexuales y transexuales muy conocidos, como la artista Dana International, el cantante Harel Skaat, el cantautor Ivri Lider o el cineasta Eytan Fox.