
En 2017, Netflix estrenó el reboot de One Day at a Time, sitcom familiar creada por Whitney Blake y Alan Manings en 1975, y emitida por la cadena CBS durante nueve temporadas.
La serie, pionera en brindar protagonismo y visibilidad a una madre soltera en la televisión estadounidense, narraba las experiencias de una familia no convencional para salir adelante.
Años después, se convertiría en precursora de otros títulos televisivos actuales de gran éxito, como Casual (Zander Lehmann, 2015), Better Things (Pamela Adlon & Louis C.K., 2016) y Smilf (Frankie Shaw, 2017).
Sin embargo, Netflix le dio una nueva oportunidad a One Day at a Time para convertir en protagonistas a una familia de origen cubano-estadounidense, y contribuir así a la representación de grupos sociales aún minoritarios en el audiovisual.
https://youtu.be/71HiybU0LtQ
Representación LGTB+ en One Day at a Time
Las realidades LGTB+ encuentran su lugar en un relato protagonizado por una madre soltera que tiene que cuidar de sus hijos adolescentes con la ayuda de la abuela.
Visibilidad lésbica
Elena Alvarez es la hija adolescente, interpretada por la actriz Isabella Gomez. La sexualidad de la joven brinda visibilidad a las adolescentes que están descubriendo quién les atrae, la forma de sobrellevarlo y cómo salir del armario con la familia.
La salida del armario de Elena se prolonga durante varios episodios para transmitir la sensación de verosimilitud gracias a un desarrollo gradual de la trama. Esto favorece que el personaje explore su sexualidad y la familia pueda aceptar su verdadera identidad.
One Day at a Time resulta realista al transmitir el miedo a reconocer la sexualidad ante la familia y la sensación de liberación al comunicarlo abiertamente.

Género no binario
La segunda temporada de la serie introduce al personaje de Syd, interpretado por Sheridan Pierce, como interés amoroso de Elena. Lejos de ser un personaje episódico, adquiere relevancia en la trama y representa a la juventud cuya identidad no responde al binarismo de género.
El caso de Sed destaca sobre otros personajes no binarios en televisión, como Yael en Degrassi: Next Class (Linda Schuyler & Yan Moore, 2016), porque, además de ser aceptadx socialmente, encuentra un amor correspondido en Elena.
En este contexto, el uso correcto de pronombres adquiere protagonismo en los diálogos, donde Elena explica a su familia y amigos cómo deben referirse a Syd.
One Day at a Time es un ejemplo de representación LGTB+ positiva gracias a una pareja queer, que se ha convertido en un modelo a seguir. Al contrario de lo que ocurre en la mayoría de ficciones, Elena y Syd son una pareja LGTB+ feliz. Y, más allá de la tragedia y el destino fatal, esta es la representación que necesitamos en televisión.