
Estimular con la mano los genitales de otras personas (pene, vagina, ano…) no se considera una práctica de riesgo para el VIH.
Si usamos el semen o flujo vaginal de la otra persona como lubricante para masturbarnos nosotros, sí que podríamos hablar de un posible riesgo de transmisión del VIH, puesto que puede poner en contacto un fluido con capacidad de infección (semen/flujo vaginal) con posibles puertas de entrada en el pene o la vagina (lesiones, micro irritaciones y mucosas).
Recuerda que si la persona tiene VIH, está tratada y tiene carga viral indetectable durante 6 meses, esta práctica no tiene riesgo para el VIH (Indetectable es Intransmisible, I=I)
¿Y para otras infecciones de transmisión sexual (ITS)?
Generalmente las ITS se transmiten directamente “de las zonas de la infección a la zona de contacto”, es decir, simplemente por contacto piel con piel (sífilis, virus del papiloma, herpes genital) y/o intercambio de fluidos con capacidad de infección (gonorrea, clamidia, mycoplasma). Por tanto, puede haber transmisión de alguna de estas infecciones al poner en contacto los genitales o al entrar en contacto fluidos de la otra persona con nuestro pene/vagina/ano. Eso sí, estas ITS tienen tratamiento y, algunas de ellas, cura.
Todas las ITS pueden ser asintomáticas por lo que pueden no producir señal alguna de su presencia en el organismo y, por tanto, estar activas y con posibilidad de transmisión. Sólo la realización de las pruebas oportunas nos va a sacar de dudas (siempre y cuando hayamos respetado el periodo ventana: tiempo que debe pasar entre la práctica sexual y la realización de la prueba para que los resultados sean fiables).