
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desarrolla un biosensor que detecta el VIH incluso una semana después de la infección.
Se han realizado experimentos con suero humano, donde se detecta el antígeno p24, una proteína presente en el VIH -1. Este biosensor detecta esta proteína hasta en concentraciones 100.000 veces inferiores que los sistemas actuales.
El biosensor combina estructuras micromecánicas de silicio con nanopartículas de oro, ambas ‘funcionalizadas’ con anticuerpos específicos al p24. Al final del inmunoensayo, el p24 es atrapado a modo sándwich entre las nanopartículas de oro y las estructuras micromecánicas de silicio.
Dichas nanopartículas presentan resonancias ópticas conocidas como plasmones capaces de dispersar la luz con mucha eficiencia y se han convertido en una de las estructuras que más interés han despertado en la última década en el campo de la óptica.
Las estructuras micromecánicas son excelentes sensores mecánicos capaces de detectar interacciones tan pequeñas como las fuerzas intermoleculares. La combinación de estas dos estructuras produce señales mecánicas y ópticas para detectar el p24, que se amplifican la una a la otra produciendo una extraordinaria sensibilidad.
¿Cómo funciona el biosensor?
El experimento se inicia incubando sobre el sensor un mililitro de suero humano durante una hora a 37 °C para permitir la unión de los antígenos p24 de HIV-1, si los hubiera, a los anticuerpos de captura ubicados en la superficie del sensor.
Tras esto se vuelve a incubar, pero en este caso con nanopartículas de oro, a 37 °C durante 15 minutos para el marcaje de las proteínas p24 capturadas. Finalmente, el material resultante se somete a un enjuague para eliminar las partículas que no se han unido.
El tiempo total del ensayo es de 4 horas y 45 minutos, por lo que los resultados clínicos podrían saberse en el mismo día.
Fuente: SINC