
Descubriéndome
He decidido volar. Allí, donde estábamos antes de despertar.
Me miraras a los ojos sin decir nada y rozaras con las yemas de tus dedos la comisura de mis labios.
Me preguntabas: “¿de qué te ríes?”, pero yo no río, sonrío.
No sabía si todo era un sueño, lo único que si sabía que por primera vez había sentido placer después de tantas relaciones heterosexuales fallidas.
Ahora tú estás ahí; dando una oportunidad, una historia, una caricia.
Nunca sobran las caricias, solo las noches en las que se encuentra la cama vacía.
Ser sincera o reventar. Es mejor sentir que pensar.
Sentir hasta que se vuelva físico y pueda tocarlo, olerlo, mirarlo.
Sin volverme loca, tan solo quiero ser una descerebrada cuando mire a la Luna.
Entonces me haré funambulista y así seré consciente de miradas verdaderas.
Allí, donde el sentir se vuelve incondicional.