
No es opción
Ella y 1950
Ella tenía el mundo a sus pies y era capaz de hacerla reír con tan solo un parpadeo. Era erotismo a cualquier hora del día. Ella se describía como la mujer de hielo, pero a mí no me engañaba, pues vi los vellos de sus brazos erizarse con poesía.
Ella era un espectáculo de danza cuando caminaba, que hipnotizaba y te hacía suspirar. Y no puedes ni imaginar lo bien que se veían con el corazón desnudo después de una noche de rocío y música de fondo.
Pero el problema entre ellas realmente no era lo que sentían. El problema fue conocerse en una época que de libertad se carecía, y si con suerte no te fusilaban te mandaban a la cárcel por maleante, peligrosa o vaga.
De madrugada
Fiera carnívora deseosa de placer.
Despierta en la noche buscando a su presa.
Estaba caliente, empapada y mi mano
empezó a moverse por instinto.
Era inevitable no rendirme a la tentación
de inundarme entre los rincones de su cuerpo.
Se mordía el labio entre gemido y gemido hasta venirse.
Pude sentir los latidos tras las paredes de su vagina.
Recogí su alma después del orgasmo y
de nuevo quedamos dormidas.