
La lectura, es una de las mejores habilidades que podemos adquirir, nos permitirá adquirir conocimiento, con el que entender el mundo y todo lo que nos rodea. Leer nos da alas a nuestra inspiración e imaginación. Por ello, una vez más en Togayther os traemos una lectura LGTB+ recomendada que no podéis dejar escapar.
Furgonetas Blancas: cruising y pajas existenciales
Furgonetas blancas es un año en el diario personal de un hombre gay a punto de cumplir los cuarenta años. La historia transcurre principalmente en dos grandes ciudades llenas de tentaciones como son Sevilla y Madrid. A medida que va relatando su día a día, Diego Solana, autor de la obra, nos va permitiendo entrar en su más privada intimidad, desde sórdidos escarceos buscando sexo hasta tiernos recuerdos de infancia.
Las historias oscilan entre el crudo erotismo y la inesperada reflexión existencial. Navegan por el profundo, y a menudo peligroso océano, del autoconocimiento. Una expedición libre de prejuicios que transita por el amor, la familia, el sexo y las drogas como vías de exploración. El resultado es una novela dura y sin concesiones, probablemente incómoda tanto para la moralidad conservadora como para la militancia gay políticamente correcta.
Furgonetas blancas pertenece a la editorial Amazon KDP y consta de un total de 370 páginas en las que zambullirnos. Actualmente, puedes adquirirla a través de Amazon o la tienda online de la librería Berkana. Además, atentxs porque:
‘Furgonetas blancas’ será presentado en Sevilla el próximo 8 de junio en la librería Caótica
Conocemos a Diego Solana
Me llamo Diego Solana, soy homosexual y acabo de cumplir cuarenta años. Trabajo como delineante en un estudio de arquitectura, un puesto cómodo y seguro igual que mis relaciones. Mi verdadera vocación es la pintura, pero apenas le dedico tiempo. Me remuerde la conciencia que se me esté pasando la vida sin dedicarme a lo que realmente me gusta y sin establecer conexiones profundas con los demás. En el intento de descubrir el origen de mis contradicciones empecé a escribir este diario.
Cuando era pequeño creía que nunca podría estar con un hombre así que cada noche antes de irme a la cama pedía al universo que ocurriera un imprevisto tan grande que me colocase desnudo frente a otro tío, aunque solo fuera una vez. Gracias a este trabajo he descubierto que hay que tener cuidado con lo que deseas porque a veces alguien puede estar escuchando y, para castigarte, te concede lo que pides.