
En esta reseña hablaremos sobre la novedad que abre el otoño de la literatura LGTB en la editorial malagueña El rey de Harlem, para ello nos hacemos eco de las palabras que abren el prólogo que le ha escrito la ya reputada novelista lesbiana, Sonia Lasa.
Según Lasa: «Los retoños es una novela que guarda muchos secretos. Es un canto a la libertad y aunque no abunden los diálogos, las palabras no paran de gritar durante todo el relato».
Como explicaba muy bien el autor en su comparecencia de lanzamiento, «Los retoños se construyen como un artefacto literario que se conforma como una novela total, libre de vicios y artificios».
En esta obra, a nuestro juicio, Roy parte de la sencillez para buscar la emoción, y lo consigue de una manera eficaz. Dicha eficacia se asienta en la capacidad del autor para introducirnos en un espacio atemporal donde las mujeres de todas las generaciones nos sabemos desde que empezamos a vivir.
El secretismo que augura las palabras en el prólogo de Lasa se hace eco de la intrahistoria propia de esta novela. Acogiendo el léxico unamuniano, podríamos decir que esta novela es de un «terruño» absoluto; puesto que el Sardós que nos presenta el autor podría ser cualquier lugar de la España vaciada del hoy y del ayer.
Esto confiere a la obra de J. S. Roy de una característica que le es propia a las grandes obras de la literatura: la capacidad de sobrevivir a través del tiempo.
Y es que cualquiera que se acerque a las palabras de Roy verá que existen en ellas la especial características de trasladarnos a los hechos de una forma sugerente. El autor consigue convertirnos en protagonistas de su historia, pero, además, lo hace desde un punto de vista femenino y feminista, por lo que supone un paso adelante en la conceptualización de una literatura donde el objeto es la mujer, vista desde el respeto
absoluto y como un sujeto agente y no decorativo.
Esto, unido al drama del exilio rural y la España vaciada, y ligado todo a la época del régimen franquista que tanta literatura ha regalado a nuestra historia; construye un artefacto literario elegante y acertado que nos aleja de las historias manidas sobre el Franquismo y nos traslada a esa historia compartida en un país donde ser mujer no sabía de ideologías, ya que para ellos todas éramos iguales.
Por eso creemos fervientemente que esta obra tendrá la repercusión que se merece y que pasará a ser parte de un canon de grandes autores y grandes novelas que merecen el aplauso de la crítica, pues más allá de lo dicho, Los retoños hace gala de la universalidad propia de las grandes obras ya que uno de sus secretos a voces es ser una genialidad digna de leer.