
Hola de nuevo y bienvenidos a tod@s una vez más al que podéis considerar vuestro rincón literario.
Antes de nada, quiero agradecer al escritor de mi última novela reseñada: «Sebastián en la Laguna» por ese maravilloso regalo y por esas palabras de elogio hacia este blog después de leer la crítica de su libro.
Hoy os traigo la obra de un escritor gallego de la cual he tenido que esperar dos días para poder reseñar. El motivo no ha sido otro que el estado de shock en el que me dejó cuando acabé de leerla.
En este caso, fue la gran Mili Hernández, toda una gran activista por la igualdad del colectivo homosexual y un gran referente en lo que a lectura LGTB se refiere, la que me recomendó este tesoro que os presento.
Este libro encierra la historia en la que dos personas podrían verse reflejadas e identificadas, por muchas diferencias que pueda haber entre ambas. Todos nos hemos visto más de una vez envueltos en alguna situación en la que no eramos felices y, a la vez, todos hemos intentado alguna vez cambiar esa situación o buscar algún culpable de nuestra desdicha. ¿Cuánto tiempo puede durar esto? Pues, en ocasiones, toda una vida. Toda una vida de engaños y tendiendo siempre a ver la paja en el ojo ajeno.
Jorge Freyre, nuestro protagonista, creía vivir en la normalidad que la vida ofrece en un camino que algún día le llevará a la tan ansiada felicidad que aún desconoce. Miembro de una familia de militares de mentalidad antigua y religiosos, incapaces de ver mas allá de lo que su religión les muestra. Pero algo ocurre un fin de semana que hace que cambie para siempre su manera de ver las cosas y que sienta en su interior un sinfín de sensaciones que no paran de atormentarle.
En su ciega confianza de la mentira que le hicieron creer desde que vio la luz por primera vez, él decide regresar de nuevo al lugar en el que harían desaparecer ese sentimiento que ahora reina en su corazón por más que intente evitarlo.
Tras muchos intentos rodeados de la famlia que le queda, solo consigue confirmar que la hipocresía y la mentira no tiene límites y que tal vez esos que creía demonios que habitaban dentro de él no eran tan dañinos como imaginaba.
No quisiera acabar esta reseña sin hacer una ligera referencia a la naturaleza y particularidad de Alfredo Iglesias Otero en su manera de novelar y comunicarse con todos aquellos afortunados que, como yo, han adquirido su obra.
Bueno y ahí va mi frase resumen con la que suelo despedirme de vosotros:
«TAN FÁCIL ES ENGAÑARSE A Sí MISMO, COMO DIFÍCIL ES ENGAÑAR A LOS DEMÁS SIN QUE LO DESCUBRAN»
Desde aquí os mando un fortísimo abrazo a todos y ya sabéis que agradezco de corazón algún comentario, bueno o malo, que me haga ver qué os ha parecido esta crítica y, por supuesto, para tenerlo en cuenta a la hora de escribir la siguiente.
Querido Nico:
Muchísimas gracias por darle nueva vida a la historia de Jorge Freyre. Hace ya diez años de su publicación por Egales y veinte del último borrador. Fue una experiencia maravillosa escribirlo y poder encontrarme en el camino con lectores generosísimos como Mili Hernández. Sería fantástico que alguna editorial la devolviera a las librerías de nuevo. Mi gratitud por tu tiempo y tus palabras es infinita. Un fuerte abrazo