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‘Amen (a todos los hombres)’ la nueva apuesta de poesía homoerótica masculina

La editorial madrileña Flores Raras cierra este año pandémico con el nuevo poemario del madrileño Ángel Cívico donde se nos presenta un homoerotismo amargo, cargado de dolor, donde quedan patente muchas de las presiones sociales que aún hoy sufre el colectivo LGTB+

Ángel Cívico nace en Madrid en 1991. Es titulado en Periodismo, sin embargo, su desarrollo escritural aparece mucho más ligado a la literatura. Amante del teatro, Cívico no solo ha mostrado sus facetas como actor, sino que es un asiduo en las salas independientes de la escena madrileña, donde ha presentado diversas obras breves de creación propia.

Además de esto, se estrenó publicando narrativa en la obra polifónica Vagos y Maleantes (Egales, 2019) y ahora incurre en solitario con el poemario Amen ( a todos los hombres) (Flores Raras, 2020).

En este nuevo proyecto, el autor madrileño nos muestra una poética desgarrada, donde el tema del amor colma unos versos que transitan entre la nostalgia y la querencia. El desarrollo del poemario va desde el plural al singular, pues nuestro poeta abre el libro con un manifiesto que se articula casi como una declaración de intenciones de lo que viene posteriormente.

En ese primer poema titulado “A todos los hombres”, ya se observa el reproche en versos como “ Me habéis matado/ y no habéis dejado nada. / Vacío.”, pero también la expiración de esas sombras a las que de forma analéptica volverá a lo largo de todo el libro.

La poética de Cívico vive claramente de la experiencia, de modo que en este poemario el lector podrá revivir su primer amor, el desgarro de las primeras pérdidas, la ansiedad que sufre un enamorado no correspondido e incluso la falsa dicotomía entre lo que las personas sienten y piensan para ellos mismos y la máscara que se muestra al ser amado con la intención de gustarle, como si lo que se esperase de nosotros pudiera más que lo que queremos y nos entregase impunemente a ser devorados por la imagen social.

Así, el poeta madrileño nos hace un recorrido por la sexualidad a través de sus propias vivencias, aunque también vemos la aparición de otros hombres  y cómo estos, a pesar de no ser objeto de las pasiones, inciden en la conformación de su personalidad y su dolor, un dolor que desborda la poesía de Cívico y nos pone frente a un espejo desolador de lo que es la ausencia de un amor puro e incondicional.

En cuanto a la estética y retórica del poemario, este libro se desarrolla en verso libre, lo que facilita formalmente la articulación del mensaje. A pesar de esa sencillez formal, destaca por la recreación de un imaginario clásico, ligado a la condición de amante que presenta su propio autor a lo largo del libro.

De este modo, Cívico hace gala de metáforas de referencia bíblica y grecolatina que se reformulan dentro de un estilo pop muy común en la poesía del siglo XXI, pero aún más topicalizado en las obras de la literatura LGTB actual, donde el gusto por la reconversión bíblica hacia un lenguaje queer está dejando grandes ejemplos literarios.

Este imaginario se nutre, a su vez, de un lenguaje sexual nutrido que transita entre la elipsis y un lenguaje abiertamente natural, incluso rozando la vulgaridad, como si la timidez del poeta luchara con las ganas de dar rienda suelta a una animalización sexual que rompa plenamente los cánones de la culpa, el miedo o el resentimiento que se muestra en algunos poemas hacia sus antiguos amantes.

Sin duda alguna, se puede aseverar que este poemario se proclama como un canto de liberación y naturalización del amor y el sexo entre hombres, al mismo tiempo que se convierte en un grito desgarrado para todo un colectivo que lucha por dejar de ser perseguido.

Dicho esto, léanlo y amen, amen a todos sin distinción.

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