
Trevor Wilkinson, un joven estudiante estadounidense, ha recogido ya más de 35.000 firmas para protestar contra una injusticia: Fue expulsado de su instituto en Texas por llevar las uñas pintadas.
El joven gay inició una campaña mediante Change.org, donde explica que el instituto «no le readmitirá hasta que no se quite el esmalte«.
«Es un doble rasero completo porque a las chicas se les permite pintarse y hacerse las uñas. No solo eso, sino que la libertad de expresión es una validación suficiente para que el código de vestimenta no esté justificado», dice el joven.
Trevor, un joven que se ha declarado homosexual, de lo que está «más que orgulloso«; dijo que ser expulsado por llevar las uñas pintadas es una forma de discriminación, una injusticia, y que este tipo de situaciones no están bien.
«Ayúdame a demostrar que está bien expresarse y que la identidad que la sociedad quiere normalizar no está bien», escribió en su petición. «Soy humano. Soy válido. No debería tener problemas por hacerme las uñas«, finaliza.