En A Coruña, el verano pasado fue asesinado el joven Samuel Luiz por una paliza a manos de un grupo de menores. Estos se grabaron llevando grandes machetes, pasamontañas, navajas de mariposa y bates de béisbol de madera. En el vídeo, localizado por la Policía Nacional, aparecen varios de los acusados con una música de fondo que hace referencia, según la NIUS, “a la exaltación de la violencia contra las personas, amenazas, palizas y agresiones”.
La Unión de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) detuvo a siete personas: Kaio A., Diego M. y su pareja Katia, Alejandro F., dos chicos menores de 16 y 17 años y Alejandro A. Solo Alejandro A. y Katia están en libertad porque no hay motivos para su encarcelamiento, aunque la policía los sigue investigando.
El vídeo, grabado antes de la agresión a Samuel, apareció tras rastrear la información del móvil de Kaio A: uno de los menores es el cantante; Kaio A. lleva un machete; Diego M. una navaja y un machete, y Alejandro F. un bate y una navaja.
La grabación ha cobrado gran importancia porque tres testigos aseguran haber visto a uno de los acusados con «algo en la mano» durante la agresión. Dos de los testigos aseguran que uno de los menores llevaba una «especie de kubotán» —arma japonesa prohibida en España encontrada en su casa.
Cámaras de seguridad como fuente principal
El 28 de septiembre, el organismo de Delincuencia Organizada de la Jefatura Superior de Policía de Galicia presentó al juzgado un informe: los agentes habían conseguido las grabaciones de las cámaras de seguridad de tres lugares distintos que registraron la muerte y la agresión de Samuel Luiz. Tienen las imágenes de cámaras de tráfico, las de un semáforo y las de unas máquinas cercanas donde cayó Samuel.
Con estas fuentes y 38 declaraciones de testigos como pruebas, los investigadores han podido recrear lo que sucedió aquella noche: la agresión fue iniciada por Diego M, Alejandro F. y Kaio A. Este último le propició una patada al joven mientras intentaba protegerse detrás de una farola.
Además, la policía vincula a uno de los menores con un puñetazo y a otro de entrar a “la carrera en el núcleo de la agresión”, lo que significó en una marea de puñetazos y patadas que acabaron con la vida de Samuel.
