
Estos han sido los primeros pasos que impiden la normalización y regulación de una ley antiLGTBI+ en Uganda. Unas restricciones en los visados de ugandeses que hayan sido cómplices o responsables de »socavar el proceso democrático en Uganda» tras la ley aprobada recientemente.
El gobierno de Estados Unidos continuará evaluando acciones adicionales bajo esta política, así como el uso de otras herramientas a nuestra disposición, para promover la rendición de cuentas de los funcionarios de Uganda y otras personas responsables o cómplices de socavar la democracia en Uganda, abusando de los Derechos Humanos, incluidos los de las personas LGBTI, o participando en prácticas corruptas»
Achacó el Departamento de Estado.
Retrocediendo pasos en libertades y derechos
Estados Unidos mantiene su apoyo a los habitantes del país y se compromete a respetar los Derechos Humanos y las libertades fundamentales tanto en Uganda como en todo el mundo. Como consecuencia, Washington desaprobó los viajes hacia este país tras la aprobación de la Ley AntiLGTBI+.

En tal norma se contempla una cadena perpetua por relaciones sexuales entre personas del mismo sexo e incluso 10 años de cárcel por pretenderlas. También se castiga la promoción de la homosexualidad y se contempla la pena de muerte en ciertos casos. .
Un debate entre presidentes, Joe Biden y Yoweri Museveni
El presidente Yoweri Museveni promulgó esta ley el 29 de mayo, provocando una indignación en los grupos de derechos humanos, Naciones Unidas y activistas LGTBI+, así como se ha visto, incluso las potencias occidentales.
Como respuesta, el ministro de Información de Uganda, Chris Baryomunsi declaró que el aviso de viaje de EEUU »era esperado y no nos sorprende. Sin embargo, Estados Unidos debe entender que Uganda es un estado soberano que legisla para su gente, no para el mundo occidental».

Joe Biden, por otro lado, pidió la derogación inmediata de tales medidas que calificó como: »trágica violación de los Derechos Humanos Universales» amenazándoles con cortar la ayuda e inversión hacia el país de África Oriental.
Hasta ahora, Museveni desafió a los llamados internacionales para asegurar que »nadie nos moverá». Según los informes, la legislación cuenta con un gran apoyo en el país, de mayoría conservadora que lo declaran como un baluarte necesario contra la inmoralidad occidental.
El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell añadió ante esta situación: »La ley ugandesa es contraria al derecho internacional de los derechos humanos y afectará a los lazos del país con sus socios internacionales. El gobierno de Uganda tiene la obligación de proteger a todos sus ciudadanos y defender sus derechos básicos. De no hacerlo, socavará las relaciones con los socios internacionales».