
Hoy queda publicada, la décima edición del Informe Anual de ILGA-Europa el cual detalla la situación de los derechos humanos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI) en los 49 países europeos y los cinco países de Asia Central. Creado con activistas y expertos LGBTI, el Infome también identifica tendencias, tanto actuales como en aumento.
La revisión de este año, que registra los desarrollos durante los 12 meses de 2019, pinta una imagen compleja que difiere de la narrativa generalizada de que todo está bien para las personas LGBTI en grandes partes de Europa. Para esto es fundamental un fuerte aumento del discurso de odio anti-LGBTI llevado a cabo por figuras públicas de toda Europa, en países que van desde Bulgaria, Polonia y Turquía, hasta Chipre, Finlandia, Grecia, Portugal y España, y las consecuencias muy reales de ello para Individuos y grupos LGBTI. En muchos países de las regiones de Europa y Asia Central, y no solo aquellos con un crecimiento documentado en el discurso oficial motivado por prejuicios, también ha habido un aumento igualmente agudo en el discurso de odio en redes sociales, así como ataques físicos a las personas LGBTI, muchos de estos de forma premeditada y brutal.
La revisión de la situación en Europa identifica que este es un fenómeno pan-europeo, desde el Reino Unido, donde la narrativa populista que rodea al Brexit se puede vincular a un aumento de los delitos e incidentes de odio anti-LGBTI, a la prohibición de eventos en muchos pueblos y ciudades del continente, el enjuiciamiento de los participantes en las marchas del Orgullo en Turquía, y una creciente presencia de manifestantes anti-LGBTI y neonazis en espacios públicos durante los eventos LGBTI en toda la región.
Junto con el aumento del odio, aumenta el movimiento de personas de la región hacia países que se perciben como menos duros. Más personas LGBTI abandonaron países como Albania, Bosnia y Herzegovina, Tayikistán y Turkmenistán para ir a países vecinos donde la situación podría percibirse como relativamente más segura. También hay un aumento anecdótico de personas que dicen que quieren irse de países como Polonia a otros países de la UE.
Los obstáculos informados en el acceso a la atención médica, el acoso escolar y el lugar de trabajo, y a las personas LGBTI a las que se les niega los servicios, a menudo con una falta de intervención gubernamental, todos juegan un papel en la imagen general de una Europa donde las experiencias vividas en gran parte no coinciden con el mensaje superficial de que los derechos e igualdad LGBTI se han asegurado por completo.
Según Evelyne Paradis, directora ejecutiva de ILGA-Europa: “No todo son malas noticias. El tema de la integridad corporal para las personas intersexuales sigue ganando más protagonismo en la agenda política de los gobiernos e instituciones. 2019 fue un año de desarrollos positivos para las familias del arco iris en la región, con una expansión de los derechos familiares en algunos países; y se siguen haciendo importantes avances en la reforma o el establecimiento de procedimientos legales de reconocimiento de género, incluso si en muchos países el progreso se está desacelerando.
“Sin embargo, la realidad vivida de las personas LGBTI en muchas partes de Europa y Asia Central es cada vez más difícil y en gran parte sigue siendo invisible, incluso para organizaciones como ILGA-Europe. Se necesita acción. Los gobiernos todavía tienen mucho que hacer, desde adoptar leyes que garanticen la protección de los derechos de las personas y brindar a las autoridades públicas los medios para traducir la política en práctica en todos los sectores, hasta liderar con el ejemplo en un discurso que promueva la aceptación e inclusión social».