
Todavía hay 69 países que criminalizan la homosexualidad (en 10 de ellos se castiga con la muerte), mientras que las personas transgénero aún se enfrentan a castigos severos en al menos 26 países. En días como el de ayer, es inmensamente importante reconocer cuán afortunados somos de vivir en una sociedad más receptiva, pero no podemos olvidarnos de los millones de personas en todo el mundo no son tan afortunados.
Por este hecho, es tan importante celebrar cada 17 de mayo el Día Internacional contra la LGTBIfobia. Debemos conseguir que los líderes políticos de todo el mundo escuchen nuestras voces e historias, y así, poder acabar con la discriminación en el mundo. El Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Achim Steiner, afirmó ayer lo siguiente: «En este día, alcemos nuestras voces y volvamos a comprometer nuestros esfuerzos para poner la dignidad humana en el centro de todo lo que hacemos para construir sociedades más justas e inclusivas».

Y es que, aunque vivamos en un país donde ser homosexual, bisexual o transexual no constituye un delito y podamos tener igualdad de derechos que las personas heterosexuales, no debemos olvidar que seguimos estando expuestxs a la discriminación. Sin ir más lejos, podemos mencionar lo sucedido en Benidorm hace unas semanas, que un policía local insultaba a una mujer transexual, o los miles de casos de agresiones LGTBIfóbas que se dan cada año en nuestro país.
En otros países del mundo se dan incluso circunstancias mucho peores, como en Rusia, donde hombres bisexuales y gays continúan siendo llevados a campos de concentración en Chechenia. En otros países como Estados Unidos, la tasa de suicidio juvenil ha crecido (y en su mayor parte, las víctimas pertenecían al colectivo LGTB+) y son casi continuas las agresiones a las mujeres transexuales (especialmente afroamericanas), de las cuales muchas acaban siendo asesinadas. Además, no podemos olvidarnos del presidente de Brasil o el de Estados Unidos, que no hace más que alimentar la LGTBIfobia en sus sociedades. Sin ir más lejos, en Europa están creciendo los partidos políticos de ultraderecha, que atacan al colectivo LGTB+. A causa de ello, en países como Reino Unido, los ataques hacia personas queer se han incrementado al doble en tres años.
Sin embargo, no todo es apocalíptico. Es cierto que hemos logrado, a lo largo de los años de lucha incansable, un progreso increíble: varios países han eliminado las leyes contra los homosexuales, han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo e introducido la educación inclusiva. Además, en el mundo del cine, la música, la televisión, o, incluso, la política, cada vez somos más visibles y cada vez más gente se interesan por nuestras historias.

Celebrando cada 17 de mayo, Día Internacional contra la LGTBIfobia, así como los diferentes Prides, conseguimos, unidos, luchar por una sociedad más libre. Y no solo el colectivo LGTB+. Me gustaría hacer un llamamiento también a las personas heterosexuales: «nuestra lucha, también es vuestra». Si todos nos unimos, conseguiremos una sociedad más libre y justa, donde la discriminación y el rechazo no tendrán cabida.
¡Recuperemos juntos el espíritu de Stonewall!