
La Bienal del Libro de Río de Janeiro de este año ha estado envuelta en polémica, tras la orden emitida por el conservador Marcelo Crivella, alcalde de la ciudad, de retirar de los stands un cómic de Marvel. Vengadores: la cruzada de los niños, cuenta la historia de una pareja gay de superhéroes, Wiccan y Hulking, que, en una de las viñetas, se dan un beso.
El alcalde grabó un vídeo para decir que consideraba la escena inadecuada y determinó que la obra fuera retirada de los estands. Crivella llegó incluso a amenazar con clausurar la feria literaria por exhibir obras de «homotransexualismo» sin advertencias.
«Libros así deben estar envueltos en plástico negro, lacrado y con un aviso sobre su contenido del lado de afuera», resaltó el alcalde.
Tras la orden de retirada de los ejemplares en la Bienal del Libro, la Secretaría de Orden Público de la Alcaldía envió por la tarde a una docena de sus agentes para recorrer los 150 stands de la feria. Sin embargo, se fueron con las manos vacías por no encontrar «material sexual en desacuerdo con las normas del Estatuto del Niño y el Adolescente».

Ante este panorama, los organizadores de la Bienal apelaron a la Justicia en medio de un fuerte respaldo del público, que casi que agotaron los ejemplares. El juez Heleno Ribeiro Pereira Nunes, del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro, emitió rápidamente una medida cautelar que prohibía a los agentes municipales hacer ese tipo de fiscalización.
Al final, la orden de censurar el cómic de Vengadores: la cruzada de los niños no ha llegado a buen puerto, y según muchas personas que se encontraban presentes en la Bienal del Libro, este acto solo ha servido para ver la verdadera cara del alcalde. Como bien sentenció el Tribunal de Justicia, el cómic de Marvel no iba contra la ley, por tanto, no podía ser censurado.