
McKrae Game creía que podía ayudar a «curar» la homosexualidad en Estados Unidos. Por ello, creó la organización religiosa Hope for Wholeness, donde se realizaban terapias de conversión sexual a personas del colectivo LGTB+, a través del «asesoramiento» y la religión. Ahora, asegura haberse dado cuenta de lo perjudicial y dañino que fue para muchas personas y no solo ha pedido acabar con este tipo de programas, sino que además ha decidido también salir del armario a sus 51 años.
Ahora, Game, que está casado y tiene dos hijos, ha decidido dar un paso al frente y salir del armario. Como era de esperar, Game ha sido expulsado de la organización que fundo en su día, ya que la misma sigue practicando este tipo de «terapias», que están prohibidas en 18 estados del país y que han sido condenadas por las principales asociaciones médicas de EEUU. A pesar de ello, se estima que unas 700.000 personas han pasado por alguna terapia de conversión sexual en Estados Unidos, según un estudio publicado por la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).
«Era un fanático religioso que dañaba a la gente. Sé de personas que intentaron suicidarse por mi culpa, sé que hay personas que están yendo a terapia de conversión sexual por las cosas que les decía. ¿Cómo querría seguir continuando?», se lamentó McKrae Game en una entrevista al periódico local The Post and Courier. «Las terapias de conversión no solo son falsas, también soy muy dañinas«, admitió.
Game está muy arrepentido por lo que hizo y cree que por su culpa, muchos gays y lesbianas han sido dañados, e, incluso, ha llevado al suicidio a muchos otros. Ahora, el creador de estas terapias que sigue practicando la organización Hope for Wholeness en 15 estados diferentes, nos anima a querernos tal y como somos.

¿Qué opina sobre la salida del armario la mujer de Game? Él mismo ha comentado que su mujer lo ha comprendido, pero también ha reconocido que se ha convertido en una persona non grata en la comunidad cristiana de su ciudad. Y afirma que, «sorprendentemente la gente de la comunidad LGTB+ ha sido especialmente amable. Me dicen que les gusto por lo que soy ahora, no por lo que fui, y solo espero que me sigan dando la oportunidad de hablar para disculparme«.
El caso de Game no es el único que ha salido a la luz en estos años. Este caso nos recuerda al de Alan Chambers, quien después de muchos años «curando» homosexuales y lesbianas a través de Exodus International, uno de los mayores grupos religiosos del país, en 2013 cerró su organización tras admitir que es gay.
Está más que demostrado que las terapias de conversión sexual para gays y lesbianas causan estragos en aquellxs que las reciben. Es por eso por lo que debemos luchar para que este tipo de «terapias» sean ilegales en todo el mundo y a aquellxs que las practican les caiga todo el peso de la ley.