
En numerosas ocasiones, se han difundido rumores sobre la sexualidad de Cristiano Ronaldo. Nos hacemos eco de una noticia, publicada en 2017, para reflexionar sobre la homofobia y el machismo presente en los medios de comunicación.
El pasado verano, el futbolista portugués protagonizó un titular en la publicación Periodista Digital: «¿Es gay, bisexual, o machote como la copa de un pino?«. Y la principal pregunta que suscita esta cuestión, que invita a debatir sobre la sexualidad de Ronaldo, es la siguiente: ¿Por dónde empezar a desgranar este artículo?
No es necesario que el jugador del Real Madrid sea santo de nuestra devoción para ser capaces de sacar a relucir cuánta ignorancia existe en la noticia, pero, sobre todo, la falta de tolerancia y respeto hacia la comunidad LGTB+.

Si ponemos en práctica la teoría, Periodista Digital es un claro ejemplo de la aplicación del término passing y su efecto social. Los rumores que cuestionan la orientación sexual de Ronaldo, alimentados por imágenes del futbolista junto a sus amigos hombres, toman como base su apariencia y comportamiento para determinar su «posible» homosexualidad o bisexualidad.
Dejemos claro que ser y aparentar son dos cosas muy distintas. Y la identidad individual no tiene por qué corresponderse con la interpretación que la sociedad establece de una persona. Es entonces cuando salen a la luz los prejuicios y los valores de cada cual.

El caso que estamos analizando, ¿no es más que una muestra de la imperante conciencia heteropatriarcal? ¿Por qué los autores de la noticia creen que tienen el derecho a juzgar y adjudicar la identidad sexual de Ronaldo? Quizá la respuesta esté más clara de lo que pueda parecer: captar lectores (y practicar el queerbaiting) y motivar el debate entorno a un asunto individual que se convierte en colectivo.
El titular que ha motivado esta reflexión no solo alude a la orientación sexual del futbolista, sino que pone de manifiesto el machismo y la homofobia interiorizada del medio en cuestión al dudar de la «hombría» y «masculinidad» de Ronaldo debido a su «posible» homosexualidad o bisexualidad.
¿En qué consiste ser «un machote como la copa de un pino»? ¿Un hombre homosexual o bisexual no es tan hombre como uno heterosexual?
Pero, lo más absurdo de este asunto es el detonante que ha desatado los rumores: un bañador con la bandera arcoíris en su lateral, que ha sido interpretado como «un guiño tan directo al Orgullo Gay». ¿No parece todo esto una teoría conspiratoria?

Sin duda, dedicar un espacio a dar rienda suelta a la imaginación (porque es necesaria mucha) y a analizar detalles mínimos para darles un significado fuera de contexto deja entrever la intencionalidad del medio de comunicación.
Sin embargo, lo negativo de este caso es que este tipo de especulaciones no afectan solo a figuras públicas, como Ronaldo. En nuestro día a día, numerosas personas sufren constantemente el rechazo por la interpretación que terceros hacen de ellas. Ni que decir tiene que gran parte de dichas lecturas no se corresponden con la realidad.
Un consejo a tener en cuenta como personas: no juzguemos sin conocer y, en el caso de la diversidad sexual y/o de género, no saquemos a nadie del armario. Ese proceso solo es asunto de la persona en cuestión. Y, por supuesto, en periodismo, no todo vale y convertir en espectáculo la sexualidad de un individuo no es noticia.