
Pues, mira, hijx, ¿qué quieres que te diga? El amor es amor. Y punto. ¿Que es jodido? Pues, también. ¿Que no es fácil? Antes asistiríamos a un pacto PP-Podemos que encontrarnos con una relación donde todo es de color de rosa. ¿Que se confunde en el 99% de los casos con meterla en caliente y/o encoñamiento? Sin duda. Pero eso de que nunca cuajará si no procreamos… de nuevo, ¿qué quieres que te diga? Para que luego te salga un mini nazi que te lleva a juicio porque le has quitado su iPhone cuando lo que toca es hacer deberes y no grupos de WhatsApp (por no hablar de lo que jode ver a un menor con un móvil mejor que el tuyo- pero, eso ya sería otro artículo), pues, a mí, no compensa. Más que amor, lo que necesitamos es educarnos en el respeto. Y si no, echad la vista atrás. Más de dos mil años danzando por el planeta y todavía no hemos aprendido a respetarnos ni apreciarnos.
Al amor no hay que divinizarlo- que luego te llevas los palos que te llevas- ni demonizarlo- que tampoco es plan de pasarse los dos días que estamos en la Tierra más amargadxs que el café de achicoria. Se le tiene que dar un protagonismo justo. El bendito término medio, vamos. Cuando llega, hay que darle la bienvenida y disfrutarlo mientras dure. Y si se tiene que ir, debemos dejar que se aleje (y mucho) durante una buena temporada. Y si no llega nunca, pues igual que con el tema de los niños. Que esa es la ventaja de no jugar en el mismo equipo de Julio Iglesias. Un tipo de demanda menos del que preocuparse. Sed optimistas.
Lo que no podéis hacer nunca es precipitaros. Y esto lo digo porque tengo dos amigos de dos amigos que acaban de salir de una relación (cada uno de la suya) y ya están planteándose meterse en otra. Seguro que todxs habéis tenido/tenéis/tendréis alguien cercano que os haya venido con esa crisis existencial. Vamos a ver, que yo no digo que te tires soltero 6 años entre un novio y otro como hizo un servidor (porque corres el peligro de olvidarte del significado de compartir), pero, coño espera a que el anterior se enfríe- que luego se os llena la boca criticando a la Preylser. ¿Pa’ qué la prisa?
Sinceramente, reeducaos en el hecho de estar solos. Vale la pena. Porque así unx se conoce mejor, se reencuentra y si tiene dos dedos de frente hasta es capaz de hacer un ejercicio de autocrítica. La autocrítica es esa cosa que nos ayuda a ver que ni todos somos tan buenos ni los otros son tan malos. No está muy de moda en España. Yo diría que está hasta mal visto. Fijaos en lxs políticxs, ni dimite ni devuelve el dinero ni unx, sean del color que sean. Pero, en la vertiente romántica, ayuda. Hay que hacer purga porque cuando algo falla la culpabilidad o responsabilidad civil suele ir al 50%.
Se podría decir que con el amor pasa como con los hidratos de carbono, el alcohol o las drogas (legales e ilegales): hay que tomárselo con calma. Los viajes son para disfrutarlos. Incluso se podría decir que cuando unx camina solx suele apreciar mejor los matices y detalles del paisaje.
Muy divertido el artículo.
Felicidades.
Creo que ya estoy enganchado a la sección. Enhorabuena.