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¿Sabías que actuamos y decidimos en base a creencias en la mayoría de los casos?

Y lo peor de todo, es que ni siquiera son nuestras

Si, asi de claro, la mayoría de las creencias no son nuestras, son adquiridas, gravadas de manera inconsciente en los primeros años de nuestra vida, como hasta los 6 años, la familia, nuestro círculo más cercano, y después la educación nos van moldeando, grabamos todo lo que percibimos, somos esponjas, no tenemos mente crítica y asimilamos todo.

La cuestión, es que estás creencias nos marcarán el resto de nuestra vida.

Una creencia, es algo que damos por verdad, y que no verificamos, y si además es muy fuerte, ni siquiera nos planteamos la posibilidad de hacerlo, se convierte en un dogma, “es así porque es así y punto”. Para nosotros es una “verdad” inamovible.

El tema está en que muchas de estas creencias son limitantes, y nos impiden realizarnos plenamente en muchos aspectos de nuestra vida.

No son tus capacidades las que te limitan, si no tus creencias.

Mira por ejemplo ese niño que desde pequeño lo único que ha oído en casa es: no vales para nada, eres un torpe, no llegarás a nada, mira tu hermano como lo hace de bien… y si además el entorno es hostil acentuará más esa creencia, y ese niño crecerá con ese peso encima que le bloqueará en su desarrollo personal.

creenciasEl primer paso es conocer cuáles son nuestras creencias, darnos la oportunidad de saber y reconocer si nos suman o nos restan.

Después y vital es verificarlas, y esto solo se hace a través de la experiencia. Experimentar esa creencia y después hacerla tuya, (tu verdad) solo así dejará de ser una creencia.

Este es un trabajo muy potente de introspección personal, que te invito a que hagas.

Cierto es que el entorno nos influye, pero lo que es verdaderamente determinante es nuestra actitud ante los estímulos externos, como lo interpretamos, como respondemos, y eso también tiene que ver mucho con las creencias (que son las gafas con las que vemos la vida)

Por eso como en otras muchas cosas, la experiencia en la única manera de verificar las creencias y también la manera de aprender y de hacernos cada vez más seguros, y poder tener una mente pro-activa que decida cómo quiere responder ante la vida, decidir conscientemente, estar despiertos, en lugar de una mente re-activa, que responde de manera automática a los estímulos sin apenas tener control, como nos pasa en la mayoría de los casos. Ser víctima de las circunstancias.

Desgraciadamente esta pandemia favorece el debilitamiento y agotamiento mental, y da más poder a creencias destructivas, haciendo que suba el índice de suicidios, por eso es vital, compartir nuestro estado de ánimo, y cómo nos sentimos, con personas y especialistas que nos acompañen, apoyen y nos den nuevas perspectivas y energías que ayuden a superar estas etapas tan intensas.

Hazte consciente de que actuamos de manera casi automática, y que son las creencias las que manejan nuestra vida y sin apenas darnos cuenta.  

Somos autómatas que repetimos y repetimos las mismas acciones y con los mismos resultados, y haciéndonos sentir mal, desconectados de quien verdaderamente somos.

Nadie mejor que tú sabe cuando hay algo que trabajar, algo que cambiar. Así que pasa de la teoría a la acción.

Sin experimentación no hay aprendizaje. ¿Te acompaño?

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