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Me voy de vacaciones pensando en el descalabro televisivo de las Campos

Sus compañeros de profesión les han perdido el miedo y están sacando a relucir las miserias de la saga más conocida de la televisión

Escribo este artículo en la sala de espera del aeropuerto, me voy de vacaciones a Menorca. Aún no había hecho mis vacaciones de verano, pues la pandemia y todo lo que ha conllevado me ha hecho trabajar sin pausa hasta ahora. Creo que me merezco las vacaciones y quién no lo quiera ver, allá ellos. Estoy a la defensiva, perdón creo que las cosas que pasan en la televisión me tensan pero a la vez me hacen estar vivo.

Esta semana el chaparrón va para mamá Campos y sus hijas Terelu Campos y Carmen Borrego. Durante años han arrasado en la televisión, siendo motivo de disputa entre todas las grandes cadenas que se pegaban para tenerlas en sus parrillas. Todo esto ya es historia, ahora tienen que conformarse con papeles secundarios como tertulianas y a merced de que las guerras que se van sucediendo no les salpiquen.

Durante los años de más gloria de las Campos nadie se atrevía a criticarlas públicamente y era impensable dedicar un solo minuto de televisión sacando a relucir sus miserias, pues si eso pasaba María Teresa Campos levantaba el teléfono y ponía firme al director del programa que lo estuviese permitiendo. Ahora estas entrañas se están haciendo públicas y las televisivas juegan entre el negocio que les comporta y la vergüenza que les genera el ver como sus carreras se desvanecen a costa de ex amigos y compañeros que no les importa saldarse las cuentan que tienen con ellas y que están enquistadas desde hace incluso décadas.

Gritos por los pasillos, zapatos que volaban, broncas por si no hacías bien de telonero de la hija Terelu o equipos de trabajo dispuestos a cambiar el número de talla a María Teresa Campos cuando engordaba para que creyese que seguía cabiendo en la cuarenta. En este caso no sé quién queda en evidencia, si la presentadora o el equipo que cedía a estas mentiras piadosas para ganarse el favor de esta.

María Teresa ya no es lo que era y si hace algunos meses decía que aún le quedaba un programa más por presentar antes de jubilarse, ahora lo veo complicado. Antes ella contaba las noticias y ahora es la noticia, la mala noticia. Se ha convertido en una macarra que no duda en bromear sobre las desgracias del resto, metiéndose con el problema de salud de Jorge Javier Vázquez, llamándole miserable y que nadie le quería, además de dejando entrever que su exnovio se aprovecha de él. Qué triste María Teresa. Es curioso que hagas este juicio de valores cuando tu relación con Edmundo Arrocet ha estado siempre acompañada de la sombra de la infidelidad, del interés y del morro que le ha echado el cómico con todos los lujos que siempre has tenido.

Acabo con un aviso a navegantes. Terelu, tú eres la única que aún puedes enderezar tu carrera. Empatizas con el público, tienes clase y sabes presentar programas como pocas. Para ello tienes que cortar con tu madre y con tu hermana y empezar solamente a pensar en ti. Esta compañía no te conviene y sino, verás que el tiempo te lo dirá.

Manel Ferrer

Presentador de televisión y locutor de radio. Tengo un gusto muy desarrollado por la buena televisión y detesto a todos los personajes que se les ve de lejos que solamente se sientan en los platós para ganar dinero. Con lo demás, estoy dispuesto a negociar.

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