
En marzo de 2021, mi universidad me dijo que había sido elegido para ir de Erasmus a Sevilla, la hermosa capital de Andalucía. Llena de arquitectura y arte impresionantes, con un clima fantástico durante todo el año. Al mismo tiempo, leí que Sevilla se llama a sí misma una ciudad de diversidad sexual, aunque es conocida por su estilo de vida más tradicional influenciada por la religión, después de todo, Sevilla es muy famosa por sus procesiones de Semana Santa, así que tenía curiosidad por ver cómo trata a la comunidad LGTB+ allí.
Durante las primeras semanas descubrí que la gente se cuida entre sí y yo puedo andar tranquilo por la calle con, por ejemplo, un top con amigos y no me pasa nada si no salgo corriendo por las afueras. En cambio, en la República Checa es algo diferente, salir en top requiere mucho coraje y nervio, porque mi ombligo es más fascinante en la calle que Las Meninas de Velázquez en el Museo del Prado en Madrid. Así que diría que Sevilla tiene una comprensión mucho mayor de las diferentes expresiones de género, incluso por parte de la gente fuera de la comunidad LGTB+.
Asimismo, lo que también me sorprendió es que incluso durante las fiestas, la comunidad LGTB+ es un gran pilar, por ejemplo, hay un grupo de homosexuales durante las procesiones que ayudan a preparar esas vírgenes maravillosas decoradas en las procesiones ostentosas, y que también se reúnen a lo largo del año y refuerzan esa cultura de sus vírgenes favoritas. En comparación, la República Checa, como país predominantemente ateo, no disfruta tanto de las fiestas cristianas en general, y mucho menos que la Iglesia Católica permita la participación de miembros de la comunidad LGTB+.
Por otro lado, como un evento casi mágico, durante la Feria, es como si todo el mundo se juntara y no les importara a qué religión, orientación o etnia pertenecen, las mujeres bailan sevillanas con mujeres, los hombres con hombres y los niños también juntos. Por otro lado, en el mundo del folclore de la República Checa, incluso los bailarines homosexuales deben encontrar pareja femenina, una pareja masculina no es posible. Pero ciertamente es cierto que incluso aquí, después de algunas rondas de algún par de buenas bebidas, cualquiera baila en cualquier lugar con cualquiera que esté a su lado.
En último lugar, sobre la temporada del Orgullo, ¡fue absolutamente maravillosa! En toda España, casi todas las ciudades importantes tienen su propio Orgullo, donde la gente se reúne, disfruta del día, carrozas, conciertos y termina con una gran fiesta. Al contrario, en la República Checa, Pride solo se realiza en la ciudad capital de Praga, en ninguna otra, y aunque las fiestas también están en el programa, el Pride, que dura una semana, se enfoca más en educación, talleres y debates.
En resumen, diría que Sevilla, aunque todavía está muy influenciada por la cultura y los valores religiosos, de alguna manera conviven de la mano con la comunidad LGBT+, a diferencia de la República Checa, que es atea, pero aún tiene un largo camino por recorrer, debido a la influencia de los acontecimientos históricos y los regímenes totalitarios, aunque creo que mi país se está volviendo poco a poco más tolerante y abierto. Además, los españoles son generalmente conocidos incluso en mi país como una nación con una mentalidad más abierta y un espíritu más libre en comparación con la mentalidad checa más fría, que inicialmente es bastante reservada, lo que ciertamente se refleja en la relación con la comunidad LGTB+.
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