Hablar de Peor Imposible es hablar de mucho más que de un grupo de música que supuso una revolución en la movida madrileña de los ochenta. Libertad, diversidad, underground, diversión, romper moldes, locura y sobre todo de buen rollo, amistad y mucho amor.
Por primera vez desde su disolución Rossy de Palma y Fernando la Estrella de Utrera, dos de los integrantes más queridos y conocidos de Peor Imposible, vuelven a reunirse delante de una cámara de fotos para contarnos cómo fue vivir esa época desde el punto de vista más humano y más personal.
Desde Togayther queremos hacerles un pequeño homenaje a este grupo a través de estxs artistas tan maravillosxs, por su valentía en mostrarse al mundo de una manera tan diversa, sin importarles las críticas o incluso la violencia a la que los sometían en algún que otro concierto. Rossy y La Estrella, La Estrella y Rossy, nos cuentan que todo lo vivido desde entonces hasta ahora no les ha separado, sino todo lo contrario, siguen siendo los mismos buenos amigos que se conocieron en los años ochenta en Palma de Mallorca.
Nos hemos reunido con ellxs en el Hotel Axel Madrid, en plena calle Atocha donde según nos contaba La Estrella habían vivido mil y una historias. Recordando con ellxs esos años, lo tienen bastante claro cuando les preguntamos que supuso haber formado parte de este grupo:
“Bueno Peor Imposible es más que un grupo de música, ha sido una aventura humana, somos todos hermanos y hermanas, los que se nos han ido se les echa mucho de menos, y ha sido una aventura, como digo, extraordinaria que nunca podremos olvidar y que no has hecho ser una familia para siempre”- dice Rossy de Palma.
Para la Estrella: “pues muy fácil, contar que éramos unas locas que queríamos abrirnos al mundo y mostrar lo que nosotros éramos y divertirnos. En
definitiva supuso una juventud maravillosa que no podré olvidar jamás”.
Rossy nos sigue contando y parece emocionarse al recordar todo lo vivido: “Fiestas, mucha diversión, mucha libertad interior… No teníamos un duro aquí en Madrid, yo he pasado por el San Onofre y hay un restaurantito de la Mari que nos daba de desayunar y todavía me acuerdo cuando paso por ahí. Mucha amabilidad y mucha gente que nos cuidó en esa época porque no era fácil; mucha casa compartida, mucho desarraigo, pero también mucha complicidad entre todos y mucho amor por lo que hacíamos, ¿no? Es una aventura que está fresca en el recuerdo, fíjate. Luego Sibila, los vestuarios, todas estas sinergias con otros artistas, todas estas aventuras… ¿qué te voy a contar? Lo tenemos todos en el corazón. Fue más que una cosa de música, por supuesto”.
El grupo tuvo un gran éxito no sólo en nuestro país, sino también en el resto de Europa. Esto no impidió que sufrieran agresiones por ser tan diversxs y tan libres. “Sí, estaban los punkis que nos escupían- nos cuenta la Estrella- Nos llamaban maricones y nosotros decíamos pues agárrame los cojones (se ríe) Nos querían pegar, pero nosotros salíamos corriendo y nunca nos peleábamos con nadie. Como os contaba, el grupo era eso, mostrarte tal y como nosotros eramos. Veníamos de toda la represión, de una dictadura que nos metían en la cárcel por peligrosidad social. Por lo que los ochenta supuso libertad. En esa época veíamos que podíamos hacer lo que nos daba la gana, como ponernos tacones y salir corriendo para divertirte y ser como realmente eras”.
Las experiencias vividas y que nos cuentan lxs dos no dejan de sorprendernos: “Luego es verdad que las pasamos canutas porque claro, éramos muy modernas para la época, había todavía mucha homofobia, mucho machito por ahí rulando… – nos cuenta Rossy – cuando tocábamos solos todavía porque venían a vernos a nosotros, bien no había problemas, pero cuando tocábamos con, pues yo que sé, con Loquillo o gente así, pues venían unos cuantos que no querían vernos y nos decían maricones, maricones y La Estrella me cogía decía esta no es maricón. Pero luego recuerdo momentos chungos. Recuerdo momentos que mejor no recordarlos, pero La Estrella siempre ha sido increíble. Por ejemplo una de estas en Camoes queríamos tomar Madrid todos de blanco y La Estrella así de ángel, con unas poleas (ella que siempre arriesgaba su vida en pos del arte) bajando poco a poco mientras nos tiraban litronas de cerveza de dos litros llenas de arena y Estrella así volando [se revuelve en la silla] para esquivarlas y que no le dieran. Otra me acuerdo que en Ceuta o en Melilla mientras hacíamos las coreografías nos tiraban latas sin abrir y las chicas aprovechábamos el movimiento para que no nos dieran en plena coreografía sin desincronizarnos… Nos las hemos vivido…bien intenso.”
Cuando tocábamos con artistas como Loquillo por ejemplo venían unos cuantos que no querían vernos y nos decían maricones, maricones y La Estrella me cogía y decía esta no es maricón» declara Rossy de Palma
Rossy sigue contándonos estas experiencias mirando emocionada por el recuerdo a su Estrella: “Me acuerdo también una vez con Valty, uno de los integrantes de Peor mirábamos antes de salir al escenario y estábamos que no queríamos salir, no nos fiábamos de lo que podía suceder con los asistentes a ese concierto. En vez de eso nos hubiese gustado salir corriendo y no volver más (risas). Pero no sé, yo siempre creo que lo que hicimos, lo que conseguimos, lo que vivimos era tan auténtico que eso, pues eso… si hubiera existido Instagram hubiéramos tenido unas fotacas, porque ya no parábamos de hacer cosas”.
“Pero es un recuerdo maravilloso y sigue vivo. Yo creo -dice Rosy- que todos seguimos un poco siendo aquellos que fuimos, la verdad. Yo creo que esos originarios, libres y un poco locos, seguimos siéndolo gracias a Dios, o a quien sea”.
Este año se cumple el 30 Aniversario de Mujeres al borde de un ataque de nervios, una película de referencia, igual que ‘Peor Imposible’ y claro, no hemos desaprovechado la reunión para que nos contaran cómo vivieron su participación en este film y les invitamos a que se lo cuenten a las generaciones más jóvenes.
“No creo que haga falta que se lo vendamosnos cuenta Rossy-. Los jóvenes son muy curiosos, mi hija tiene 19 años y siempre me está diciendo mamá que suerte haber sido joven en los ochenta, mamá que suerte. La música ha sido maravillosa y sigue acompañándonos, fue tan rica en creatividad. Creo que estas personas son muy curiosas de ese cine porque sigue siendo muy libre, más que ahora que estamos en lo políticamente correcto. Ahora no puedes decir esto, no puedes decir lo otro”.
Preguntándoles cómo conocieron a Pedro Almodóvar como siempre nos vuelven a sorprender. “A mi siempre me dicen Pedro te conoció en un bar. Y yo siempre les respondo no, no, no, Pedro venía a los conciertos de Peor Imposible. Acababa de terminar Entre tinieblas, ya era una leyenda del underground madrileño. Y yo me acuerdo que todo el mundo le daba la brasa, incluido los de ‘Peor’ y yo digo no, no, yo le voy a seducir a distancia, no me voy a poner pesada y efectivamente tuvo más gancho.
“Pedro dice que tiene el papel de mi vida – nos cuenta la Estrella- pero lo mismo me llega a los 80 años (risas). Pero bueno, yo recuerdo del rodaje estar con Carmen Maura charlando entre tomas y por supuesto mi gazpacho. Que para quien no lo sepa no es el que sale en la película, sino el que se bebían de verdad cuando ensayaban, ya que el que sale en la peli está hecho de tomate solo. También recuerdo estar en la terraza del set, ayudando a que las flores quedaran bien… la verdad es que sucedieron y vivimos muchas anécdotas, pero mejor me las callo”. (risas)
“Luego nos lo hacíamos todo nosotras. Pedro (Almodóvar) ya el primer interés era por un vestido, porque yo tenía un cuerpazo y llevaba un vestido super escotado que me había hecho yo -a punta Rossy – y me dice este vestido lo quiero para La ley del deseo donde Carmen va a hacer el papel de un transexual, ¿dónde lo encuentro? [le preguntaba Pedro]. Y le respondo: Pues me lo he hecho yo, y los pendientes también”.
«En la ley del deseo salgo como cinco veces. Salgo más que ella (Rossy de Palma), pero ella habla» declara La Estrella
“Todo nos lo fabricábamos nosotrxs – continúa Rossy – porque no había Zaras, no había nada de nada. Era lo carísimo o lo cutrísimo. Entonces no teníamos más remedio que fabricarnos lo que no existía, y lo hacíamos con mucho placer. En La ley del deseo los pendientes que llevaba Carmen eran míos, y muchas otras cositas que luego no vuelven porque se las lleva Pedro para el museo (risas). En serio, quiero decir que todo era así, era una espontaneidad, una creatividad natural, no había estrategias, ni una premeditación”.
Y eso se nota cuando hablamos con ambos. Se palpa que su amistad dura a pesar del tiempo, más fuerte y verdadera que nunca. “Lxs amigxs de siempre siguen estando – nos cuenta la Estrella – y a esxs se suman lxs que me voy haciendo de las nuevas generaciones. Cuando lxs llamo me responden porque son amigxs. Vamos a comer, me quedo en su casa, se que están ahí para lo que los necesite. Los del grupo unxs están por un lado, otrxs están por otro, y otros lamentablemente se han ido, pero los amigxs son los amigxs y siempre serán lo más grande. Se que no lxs voy a perder nunca”.
«Hemos tenido mucha suerte de haber sido estas personas, habernos querido y que todavía nos queremos todos mucho. Sobre todo por esta complicidad y libertad interna que hace aunque las cosas del entorno cambien, nosotros seguimos teniendo esta cosa salvaje, esta cosa viva que somos como niños chicos» comenta Rossy de Palma
Aunque creemos que ya se lo han dicho todo, nos quedamos con las palabras que Rossy le dedica a su amigo: “Estrella siempre me sorprende porque es un espíritu libre. Yo digo que es como la hierbabuena que donde la dejas crece. Siempre ha sido muy gracioso y siempre ha sido muy positivo y es una estrella de verdad llena de luz que nos ha iluminado a todos mucho, mucho tiempo y a la que hemos admirado y envidiado mucho por esa libertad suya”.
La Estrella tampoco se lo piensa mucho al respondernos: “Que es una maravillosa madre, que es mi hermana, mi amiga, es mi madre. Siempre nos ayudaba en lo que podía” Preguntándoles sobre su futuro próximo además de los proyectos “No sé, yo no veo el futuro, para mi el hoy es el futuro – nos dice la Estrella – Mañana no sé lo que haré. Ese es mi futuro ahora, con mi madre, estar tranquilito en Utrera, echando barriga y no preocuparme de nada. De tener o no tener. Me da igual”.
“Cuanto más mayor me hago – apunta Rossy- más cerca estoy de la niña que fui. Me acerco más a esa niña. Esa curiosidad que tenía es lo que te mantiene joven. Y aunque hemos hecho de todo, vamos a seguir haciendo todo lo que se pueda y más”.