Ignacio y Dennis se reencuentran en un Starbucks después de meses sin verse. Enseguida descubren que ahí mismo, cuando la cafetería no era una cafetería, sucedieron varios de los momentos más importantes de su vida en pareja y que, además, ese será el lugar en donde se dirán adiós para siempre.
Porque Ignacio tiene algo que confesarle a Dennis: está nuevamente de novio, finalmente ha logrado superarlo. Entonces, entre dos abrazos huecos, uno de reencuentro y otro de despedida, la charla de café los llevará a ambos en un viaje a través del tiempo buscando reconstruir su historia de amor y, por qué no, de desamor.
Esta es la trama de Los abrazos huecos una de las dos obras del argentino Dennis Smith que se presentan en Madrid durante septiembre. Dennis escribe, protagoniza y dirige sus propios textos. En esta oportunidad, nos vuelve a enamorar con una puesta sencilla pero significativa (cómo olvidar el bosque de sogas de Boyscout o el minimalismo noir de Sally, una farsa): en escena, además de los actores sólo hay dos sillas. Es que Dennis no necesita más que de su cuerpo, su voz y su poesía para hacer un teatro lleno de teatro.
Continuando con su ya clásica firma de autor, Dennis nos abre las puertas de su mundo privado, en este caso permitiéndonos revivir, junto a él, el desenlace de una de las relaciones más importantes de su vida. Lo acompaña en escena Nacho De Santis. Nacho y Dennis tienen mucha química en el escenario. Sus ojos están llenos de verdad. Ambos componen personajes fuertes, que logran un interesante contraste. Mientras Dennis es aire, movimiento; Ignacio es tierra, equilibrio.
«Nuestra relación se basó en estar sentados», nos dice Dennis rompiendo la cuarta pared. Además de hablar entre ellos, los personajes dialogan con el público haciéndonos partícipes de sus recuerdos pero también de sus pensamientos. De lo que se dijeron pero también de lo que callaron. Y durante las seis sentadas que ocurren a lo largo de la obra, nos sentamos junto a ellos, somos cómplices de esas escenas de la vida conyugal.
Acá es donde la obra realiza su mayor acierto: todo lo que se dice, todo lo que sucede, todo lo que se canta se siente tan real que reímos y lloramos con ellos. “Te quise tanto que ahora no sé cómo vivir sin vos”, repite Dennis. Y la frase resuena como un mantra a través del cual el autor, pero también el protagonista de la obra (actor y personaje) buscan sanar las heridas que dejó abierta esa separación. La obra se vende como una comedia y eso es porque, a pesar del dolor y a pesar de la tragedia, las canciones de Dennis están llenas de luz. Porque, “no se puede vivir toda la vida en gris, toda la vida con miedo”.
Los abrazos huecos se presenta en El umbral de la primavera, los sábados de septiembre a las 21.30 horas. Entradas en venta en la web. Además, pueden escuchar las canciones de la obra en Spotify.
