
Como si se tratara de una telenovela, la vida del pequeño Manolo Caro, en su Guadalajara natal, estuvo pincelada de melodrama. Su padre falleció cuando era tan sólo un niño, su madre tuvo que hacerse cargo de sus cinco hijos trabajando como agente inmobiliaria y, además, su primo se convirtió en uno de los narcos más importantes de México. Si os preguntáis de dónde viene el exceso en el cine de Caro, ahora ya lo sabéis. A veces, la vida supera a la ficción.

No se necesita mucho más para entender la sobredosis de conflictos emocionales en su filmografía -que, por cierto, lo hace tan genial como auteur-. Sus películas son hermosas comedias exageradas -y de títulos tan largos como maravillosos- que tienen a la mujer como protagonista, una mujer de poder -que en varias ocasiones es interpretada por Cecilia Suárez (Paulina de la Mora)-, una mujer que nos recuerda al cine de Almodóvar. Un cine ideal para un atracón de chuches en el sillón una tarde lluviosa de domingo. ¡Preparad los pañuelos!
No sé si cortarme las venas o dejárme las largas (2013). Es la ópera prima de Manolo Caro y está basada en su obra de teatro homónima. Una comedia de enredos que retrata los conflictos emocionales de dos matrimonios jóvenes que viven en el mismo edificio. Hay disparos, llantos, infidelidades y mucho, pero mucho homoerotismo. Actúan Ludwika Paleta (la hija de Thalía en María, la del barrio) y Rossy de Palma.
Amor de mis amores (2014). Madrid inspira a Caro en esta, su película más almodovariana. Aquí lleva el enredo a su máxima expresión: un accidente provoca que cada personaje se enamore de la persona equivocada al punto de preguntarse: ¿es el amor de mi vida, el amor de mi vida? Con una exquisita banda sonora que incluye grandes éxitos de Raffaella Carrá y Rocío Durcal.
Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando (2015). Como nos la vende el trailer, es la típica historia de la mujer que pierde a su marido cuando éste va por cigarros y no vuelve. Quizás la película más visceral de Caro, aquí el personaje interpretado por Cecilia Suárez toma el mando de su vida, componiendo una Elvira adelantada a su época que enfrenta el machismo mexicano y nos deja a todos con la boca abierta.
La vida inmoral de la pareja ideal (2016). La película evoca los sentimien- tos del primer ¿y el último? amor. Lucio y Martina se conocen en la prepa, se ena- moran, pero sus vidas les juegan una mala pasada y acaban separándose. Veinticinco años más tarde vuelven a encontrarse. Pero se mienten. Se dicen estar viviendo una vida perfecta. Es ahí donde los flashbacks empiezan a revivir eso que fue para posibilitar un nuevo futuro juntos.
Nos queda claro que estamos ante un auteur. Un cineasta que repite hipótesis sobre sus temáticas favoritas en busca de respuesta que quizás nunca encuentre. Un director que tiene claro su paleta de colores y elenco de actores y actrices favoritas -y que, además, es muy generoso con ellxs-. Un amante del cine de Pedro Almodóvar que, en cada nueva película -o serie- lo homenajea, lo vuelve inmortal.