
Happy Together. Escrita y dirigida por Wong Kar-wai. Ciudad: Buenos Aires. Ho Po-wing (Leslie Cheung) y Lai Yiu-fai (Tony Leung) son una pareja gay originaria de Hong Kong que mantienen una relación tormentosa y abusiva y que deciden viajar a Argentina en un intento de mejorar su relación. Como si se tratara de un tango, la película evoca a través de sus compases la tristeza, la desesperanza, la soledad y el erotismo. Aquí, la Buenos Aires más bohemia (La Boca, Barracas, San Telmo, Constitución) inunda de melancolía la hermosa fotografía de Christopher Doyle. Inspirada en The Buenos Aires Affaire, novela de Manuel Puig, Happy Together ya es un clásico del cine LGTB+.
Les chansons d’amour. Escrita y dirigida por Christophe Honoré. Ciudad: Paris. Es una película difícil de clasificar. No es un musical, a pesar de tener canciones. Tampoco es una comedia romántica, aunque se divierte jugando con el género. Es un film hipnótico que, como la Paris que le sirve de contexto, te enamora a cada paso. La femineidad, el relato poliamoroso y la propia sexualidad fluyen libremente entre las ‘canciones de amor’ que nos revela el título. Y si todavía no estáis convencidos… Dejadme que os presente a uno de sus protagonistas: Louise Garrel (sí, el mismo de ‘Soñadores’ el bellísimo film de Bernardo Bertolucci).
Weekend. Escrita y dirigida por Andrew Haigh (co creador de Looking, la serie de HBO). Ciudad: Nottingham (Reino Unido). Si sois de los amantes de la trilogía que Richard Linklater inició con ‘Antes del amanecer’, vais a flipar con esta, su versión homoerótica. Un viernes por la noche, Rusel (Tom Cullen) conoce a Glen (Chris New) en una discoteca. Así inician un fin de semana juntos, en bares y habitaciones, follando y hablando sobre la vida, dos días que los marcarán para siempre. Una película enormemente emotiva que nos recuerda que no se necesitan grandes recursos para contar una buena historia.
Fin de siglo. Escrita y dirigida por Lucio Castro. Ciudad: Barcelona. Y si hablamos de películas pequeñas, la ópera prima del cineasta argentino sorprende porque en su sencillez radica su verdadera belleza. Es una película sobre el amor y sobre el recuerdo del amor que inscribe sus propias reglas sobre la intervención del espacio tiempo en el cine (que bien le molarían a Tarkovski). Como en el neorrealismo italiano o en la nouvelle vague francesa, la película arranca mostrándonos las calles de la capital de Cataluña. Os aseguro que nunca habéis visto una Barcelona así de bella en el cine, ni siquiera en el cine de Almodóvar.
Boy Meets Boy. Escrita y dirigida por Daniel Sanchez Lopez. Ciudad: Berlín. Lo que comienza como un encuentro casual en una pista de baile acabará convirtiéndose en una travesía llena de confidencias por las calles de la capital alemana. ¿Os ha pasado algo así? A que sí. Esta es, quizás, le menos lograda de las películas, sobre todo a nivel estético (aquí la cámara toma un tono digital añejo, casi documental). Sin embargo, la radiografía de esta relación se siente tan natural que vale la pena verla.
Lo que más me gusta de estas películas es que reflejan que no hay nada más universal que una historia de amor. Puedes ser un argentino en Barcelona o un inglés en Berlín, cuando dos (o más) cuerpos se atraen, no hay barreras idiomáticas y geográficas que impidan ese encuentro. Aunque sea sólo por un fin de semana. Lo que ha de suceder, sucederá.