En Desierto Particular, viajamos desde el sur al norte de Brasil, dos espacios muy distintos a nivel geográfico y emocional. Este drama sentimental disfrazado de road movie, en el que su protagonista descubre una parte inconfesable de sí mismo, logra captar la atención del espectador gracias a una buena dosis suspense.
Cuando su novia de internet Sara desaparece, el instructor de la academia de policía suspendido Daniel recorre 3.000 kilómetros a través de Brasil para buscarla. Lo que sigue es un viaje del corazón y una afirmación triunfante del amor y la humanidad.
La crítica ha definido la película como «Abordada con gran delicadeza y apuntalada por intensas interpretaciones»; «Desgarradoramente bella e increíblemente erótica»; «Desierto particular subraya la búsqueda de la felicidad a través de un desenlace conmovedor». Quizá sea ese el motivo por el que Desierto Particular sea la película elegida por Brasil para los premios Oscar 2022.
Notas del Director, Aly Muritiba, sobre Desierto Particular
He dedicado los últimos años de mi carrera en el cine a reflexionar sobre el afecto masculino, la forma masculina de ser, estar y amar en la sociedad brasileña contemporánea, una sociedad esencialmente conservadora y patriarcal. La pregunta que me hice en el pasado y ahora es: ¿Cómo amamos los hombres? ¿Cómo podemos expresar lo que sentimos sin herir al otro? ¿Cómo hacerlo, si se nos enseña todo el tiempo que debemos ser fuertes, firmes, fríos? En mis dos películas anteriores [A mi amada (2015) y Óxido (2018)] los ejes de transformación por los que pasan los protagonistas son el duelo y la culpa; en Desierto Particular el deseo y el amor son los motores de la transformación.
En la película seguimos de cerca a Daniel, un policía alejado del trabajo que se esfuerza por cuidar a su padre enfermo. Enseguida se ve que Daniel es un tipo introspectivo que rara vez sonríe, excepto cuando habla con Sara, la mujer de la que se ha enamorado, pero a la que aún no conoce en persona. Daniel vive en Curitiba, la capital más fría del país, una ciudad habitada principalmente por descendientes de polacos y ucranianos, mientras que Sara vive en Sobradinho, una pequeña ciudad a 3.000 kilómetros de distancia. Un día, Sara deja de responder a los mensajes de Daniel y desaparece. Angustiado, Daniel decide cruzar el país en busca de Sara.
Desierto Particular es una película de contrastes. Al acompañar el viaje de este policía que sale de la región más conservadora y rica del país hacia el noreste de Brasil, una región pobre y progresista, se perciben, en un ámbito muy personal, las particularidades del comportamiento y la geografía brasileña. Mientras que en el sur los cuerpos están ocultos por capas y capas de ropa, en el noreste los cuerpos están expuestos al calor. Si en el sur hay silencio y diálogos lacónicos, en el nordeste la gente habla todo el tiempo. Y no sólo se habla, en el noreste la gente se toca mientras habla. Si el sur es gris, el noreste estalla en colores vibrantes. Y este contraste, este encuentro con la diferencia, con el otro, poco a poco, modifica a Daniel.
Desierto Particular es una película de gran afecto, en la que los desiertos se encuentran. Es una historia de amor que une a los opuestos. Puede empezar como un amor romántico, pero luego se convierte en otro tipo de amor. Me gustaría mucho que si alguien buscara mi película en un hipotético videoclub, la encontrara en la estantería de películas de amor. Pero también es una película sobre la masculinidad. Sobre lo que es ser «hombre» en Brasil. Crecer como hombre en mi país es crecer bajo el signo de la violencia. Toda nuestra formación como hombres se basa en el uso imponente de la fuerza y la opresión.
Y esto es obviamente mucho más agudo en el mundo policial. Así que elegí como protagonista a este hombre educado en una lógica violenta y heteronormativa, pero que, gracias al deseo y al afecto, gracias al amor, es capaz de cambiar y convertirse en una persona mejor. La película trata de eso, de la capacidad redentora del amor, del encuentro y de la tolerancia.