Sabía que alguno había rellenado los melocotones en almíbar de atún y mayonesa, pero el juego que Elio le sacó al interior de esta jugosa fruta, fantaseando con Oliver, en la citada cinta, es mucho más interesante. Y es que, leyendo la descripción que se hace de un melocotón, “piel lisa, aterciopelada, con un color uniforme e intenso que engloba toda la gradación de amarillos-naranjas o rosados…” uno tiene que decantarse por la metáfora del melocotón-culo y dejar los experimentos culinarios para Masterchef.
¿A quién no le gusta un buen culo? Sí, de esos que, paradojas de la vida, cuando se quieren censurar en redes sociales se cubren con el emoticono del melocotón. El que sirve de metáfora de esta parte del cuerpo masculino que, en su justa proporción, atrae todas las miradas como la miel a las abejas.
Instagram se ha convertido en un auténtico campo de culos, que florecen y se recolectan todo el tiempo, no sólo de mayo a septiembre, como los melocotones de la rica huerta murciana. Y es que la red social del hedonismo y el exhibicionismo masculino debe vivir al amparo de un invernadero para que de tantos y tan apetecibles frutos los 365 días del año.
Culos en Instagram los hay para todos los gustos y si se tuvieran que enumerar los mejores en un artículo, nos daría para una revisión de la enciclopedia Espasa. Españoles o internacionales, peludos o lampiños, respingones o culones. Un amplio catálogo ‘cul-inario’ con el que seguro que sales más saciado que de un buffet de productos de la huerta.
Kuros_G es consciente que su culo “es un reclamo, es un imán” y por ello no duda en enseñarlo en sus redes sociales. De él, de su trasero, “me gusta todo y para todas sus funciones, jejeje”. De otros, se fija en “su proporción respecto a la parte por el todo” y poder evaluarlos en diferentes situaciones, “desde cómo se ve desnudo a cómo le sientan unos vaqueros o un jockstrap”.
Por su parte a J.C.82, lo que más le llama la atención de su melocotón trasero es que “es grande, ande o no ande”. Considerándolo “la mejor parte de mi cuerpo, al menos para mí”. Y para todos los que lo vemos con frecuencia colgado en su perfil de Instagram. Toda una auténtica delicia para la vista.
Y los hay que hasta le sacan su lado artístico y/o matemático. Éste es el caso de Samueldesagas que dice que, “como artista y trabajando con lo visual, me gusta de mi culo los grados de su curvatura” o, lo que es lo mismo “L: 2n*r (* número Pi)”.
Siempre se ha dicho que la perfección simbólica está en la circunferencia, por ello, la mayoría coincide en que lo que más le gusta de los traseros es que “sean grandes y redonditos”, como los de Manugasso o JonhieBravo87. Buenos refugios en los que poder introducir nuestras aspiraciones emocionales. Por ello, dejémonos de metáforas y de melocotones naturales o en almíbar. Así que, llámame por mi nombre, llámame culazo.
