
En estos días que todos miran hacia Rusia, país que concentra lo mejor del fútbol mundial, si hay una persona que se ha convertido en el protagonista de este Mundial de Fútbol ese ha sido sin duda el entrenador por sorpresa Fernando Hierro, tras la destitución a pocos días de dar comienzo la competición de Julen Lopetegui. Pero para sorpresa la de su hijo, Álvaro Hierro Ruiz, que está acaparando todas las miradas en estos días.
En este caso, que me perdone el míster de La Roja, yo no me atrevo a aplicar el dicho de “de tal palo, tal astilla”, porque Fernando Hierro nunca ha destacado durante su etapa futbolística por su belleza, precisamente. Pero su hijo, Álvaro, si se ha convertido en todo un sex symbol de las redes sociales, sobre todo tras el nombramiento express de su padre.
El muchacho se presenta como “influencer”, uno de los términos más sobrevalorados de esta era moderna, pero tampoco vamos a entrar ahora en un debate sobre redes sociales y sus personajes, cuando gracias a ella podemos descubrir maravillas como Álvaro. El hijo mayor de Hierro tiene 25 años y, como no podía ser de otra manera, le encanta el deporte, el fútbol, sobre todo, y es forofo del Real Madrid. Ahora sí, de tal palo, tal astilla.
Hace un tiempo ya se comenzó a hablar de este muchacho cuando empezó una relación sentimental con la modelo y miss Desiré Cordero pero, aunque todo apuntaba a una relación estable y que les llevó a vivir bajo el mismo techo, el de la familia Hierro, se les rompió el amor y a otra cosa, mariposa.
No ha sido esta la única relación sentimental que se le ha conocido a este morenazo con muchos amigos en el mundillo de le televisión y que lo emparejó con Fiama Rodríguez, una pretendienta del programa Mujeres y Hombres y Viceversa, que dejó las cámaras para mantener una relación con Álvaro Hierro. Pero, lo bueno si breve, la relación no duró mucho y el joven, tras la ruptura, borró todo rastro de la tronista en sus redes sociales.
Ahora no se le conoce relación alguna, pero ni falta que le hace, ya que, a juzgar por su cuenta de Instagram, el joven futbolista se lo pasa muy bien. Además de sus salidas con amigos, ya que parece que no hay fiesta que se pierda, se muestra todo un apasionado de los coches, dónde no le faltan selfies, y de los animales, sobre todo de su perro, al que no cesa en mostrarle todo su amor. ¿Quién fuera perro?
Además, como no podía ser de otra forma, el gimnasio es otro de esos lugares que más frecuenta, por eso de la línea que, a juzgar por las fotos, parece no haber abandonado. Y las piscinas, donde, además de tomar el sol, luciendo un morenazo envidiable, aprovecha para presumir de torso fibrado, marcado y musculado.
Rasgos que definen a Álvaro Hierro y lo hacen inconfundible, si alguna vez te lo encuentras por la calle y no sabes que es el hijo del seleccionador nacional… Pues su pelo siempre perfectamente peinado, ya sea en casa, de fiestas o en la playa, con ese tupé imposible y muy característico, rizado o alisado. Unos ojazos grandes y negros, así como una dentadura blanca nuclear de la que brilla en la oscuridad. Sin olvidarnos de ese tatuaje tribal que le recorre todo su brazo como una enredadera.
Y ya le gustaría a más de uno enredarse con este jovenzuelo que, sin duda, se ha convertido en la revelación del Mundial de Fútbol.