
Si me reencarnase en una nueva vida, me gustaría ser, sin duda, modelo de ropa interior. Debe ser tan gratificante, pensando sólo con el lado más superficial de cerebro, quedarse en calzoncillos y lucir tan estupendo en las fotos. Sin una pega que ponerle al cuerpo, sólo si el elástico del slip está bien o mal puesto, que lo firmaría ahora mismo.
El culpable de esta autodeterminación tan férrea ha sido un italiano residente actualmente en España que se presenta en su perfil de Instagram como modelo de ropa interior. Dando buena cuenta de ello en el amplio catálogo fotográfico de su perfil. Se llama Gabriell Boss y poco más conocemos de este chulazo de las redes sociales, que dice que tiene un máster en nutrición y que, además, es barbero.
Con un cuerpo como el suyo no es de extrañar que, además del arte de las pesas, sea todo un experto en saber cómo alimentarse bien para lucir un cuerpo al que le falta estar en un museo de Bellas Artes. Y no porque sus músculos parezcan trazados con un pincel sobre un lienzo, sino porque su propia anatomía se ha convertido en soporte de arte en tinta.
Al verlo sin ropa, sólo con esos calzones que apenas tapan sus vergüenzas, te puedes embobar contemplando ese mural de tatuajes en el que se ha convertido su cuerpo. El vello corporal que brilla por su ausencia, a excepción de cuando asoma por el pubis, ha dado paso a la tinta y lo mismo contemplas unas alas en sus pectorales o tienes que acercarte demasiado a su torso para leer el texto que recorre su tableta abdominal.
Su faceta de barbero también queda bien reflejada en su día a día en Instagram, donde Gabriell muestra siempre un look muy camaleónico, pero siempre cuidado al máximo. Este italiano, aunque español de adopción, suele preferir siempre el pelo corto, aunque con algo de flequillo, con el que juega, dándole, en ocasiones, algo de color. Ya que lo mismo lo puedes ver posando, la mar de sexy, con su pelo negro azabache, que con algunas pinceladas de color, bien ese blanco ceniciento o un poco de lila. Eso sí, siempre con barba, la mayoría de las veces, bien de dos o tres días o bien poblada pero cuidada.
El chico, con esa presencia tan maravillosa, es normal que participe en campañas publicitarias de todo tipo, usando su cuerpo semi desnudo como un buen reclamo de venta de las prendas íntimas que luce en sus fotografías. Poniéndose delante de grandes profesionales de la cámara, como el fotógrafo Joan Crisol, que ha contado con él para algunos de sus reportajes con personajes populares en la revista Primera Línea.
Y es que ver a Gabriell Boss en esos reportajes con poca ropa y mucho músculo es como leer una de esas novelas románticas, de amor y lujo, que te trasladan a otra realidad paralela, un universo que debe ser como el paraíso. En el que te ves tomando el sol en una tumbona, Daikiri en la mano, rodeado de chulazos de cuerpos perfectos que te hacen olvidar por un momento la gris y monótona realidad en la que te mueves día a día.
Sólo tienes que coger el móvil, si no tienes una novela romántica a mano, y abrirlo por la página de Instagram. Allí te espera Gabriell Boss cada día para poner un poco de amor y lujo a tu vida.